David Fàbregas, hijo de Ramón y Neus, nace el 30 de diciembre del frío invierno del 1967 en Barcelona.
Desde muy temprana edad, comenzó a interesarse por las artes plásticas y empieza a reproducir de forma espontánea su visión de elementos cotidianos y personas que le rodeaban... "era la única manera de que estuviera quieto un rato" comentaba su madre.
A los catorce años ingresa en L'Escola del Treball de Barcelona para estudiar Delineación y paralelamente entra a trabajar en el estudio de arquitectura y diseño "Estudi Laforja" con Manuel López-Nuño y Tom Ivars, los cuales despiertan en el artista un vivo interés por el diseño y una gran pasión por el mundo del arte.
A los diecinueve años se incorpora al departamento de estilo y modelos de una conocida multinacional Japonesa, donde ha podido desarrollar su potencial creativo, colaborando en nuevos proyectos. Siempre envuelto entre planos y renderings, elaborando moldes y modelos, trabajando con una gran variedad de materiales: clay, madera, metal, resinas, composites, fibras, etc.
Todas estas vivencias diarias le han aportado tras los años una experiencia y madurez creativa, que se ve reflejada en toda su obra.
Fàbregas es capaz de transmitir toda su energía en sus creaciones. Su fuerza se transmite en su valiente pasión, fuente de una gran expresividad. Su pincel describe, dibuja y sitúa el tema con gran y original eficacia, logrando transmitir a sus obras un ambiente moderno y sofisticado. Sus obras, en conjunto, nos muestran las sinergias de texturas y color, que son la fuente de la sensibilidad de este artista Barcelonés.
La técnica y composición se muestra en cada obra de forma conjunta e individual para lograr con ello despertar multitud de sensaciones nuevas en el espectador.
Fàbregas actualmente sigue estudiando intensamente las diferentes posibilidades artísticas, donde logra fusionar equilibradamente pintura y materiales técnicos.
Esta capacidad de conjugar arte y emociones se transmite pincelada a pincelada con la virtud de hacer aflorar en sus obras aquel sentimiento que difícilmente se puede transmitir con palabras.